Mis Padres Me Obligaron

La primera reunión de catequesis nos lleva al encuentro de unos 30 jóvenes aproximadamente, una cantidad baja para la población joven que frecuenta mi parroquia y volumen de feligreses que asisten. Los números en las actividades de fe siempre juegan un papel importante, porque nos parece, racionalmente la mejor forma de medir el éxito de las actividades pastorales, no es nada raro escuchar: “Al taller de bibilia fueron 50 personas!” o “Solamente vinieron 10 jóvenes al grupo” etc. Bueno, eso fue un pensamiento aislado, dedicare otro post para ello, ya regreso a mi punto inicial, la primera reunión de catequesis del año.

Jovenes en Catequesis de confirmacion

Jovenes Confirmandos 2012

Entonces estamos frente a estos jóvenes completamente alegres… eh, no!… en realidad sus caras son largas y llenas de incertidubre, se miran unos a otros y se sienten avergonzados que tal vez pase algún amigo y los vea en pleno salon parroquial. Procedemos los catequistas a realizar un saludo cordial y la respuesta es… el silencio, nada raro para los que llevamos algunos años en el cuento. Preguntar los nombres y las edades, o iniciamos con una pequeña dinamica ‘rompe hielo’ que siempre son las más indicadas para quitar a tensión de los chicos y chicas.

Ya pasaron unos 20 minutos de actividad dinámica y luego viene una parte seria y chistosa a la vez, cada uno va a compartir con el grupo, como se enteró de la catequesis y por qué tomó la decisión de asisir. 95% de los jóvenes: “Yo vine porque mis papás me obligaron”. Es chistoso como cada joven al ver que al menos unos de sus compañeros dice que ha sido obligado por sus papás, empieza a sentirse identificado y pierde un poquito la vergüenza que sentía por estar en la catequesis, ya han encontrado algo en común que quita la tensión y nos da pie para una reflexión seria.

Este punto es de mucha importancia ya que debemos analizar con nuestros jóvenes la parte buena y no tan buena de este motivo para acercarse al sacramento. Es buena porque, aunque hay una obligación por parte de la familia, se rescata el hecho que hay una buena intención desde los hogares para que el joven se acerque a la iglesia, que participe en la parroquia y que cumpla con “el deber”. Lo que las familias no tienen en cuenta es que la fe se transmite es con el ejemplo y la práctica viva de los sacramentos, porque de nada sirve mandar al joven a la catequesis mientras que en la casa no se reza ni un Padrenuestro en familia.

La otra parte es el hecho que para Dios nada es obligatorio. Para ningún hijo es obligatorio querer a sus padres, y para nosotros las prácticas de fe tampoco lo son. El sacramento de la confirmación es un don que se recibe de la Iglesia Cátolica cuando me reconozco hijo de Dios y confirmo la fe que me transmitieron mi padrinos el dia del bautismo. Es así como debemos explicar a nuestros jóvenes que no se van a confirmar porque digan los padres de familia o abuelos, se van a confirmar cuando ellos en su corazón libremente acepten la fe católica.

Tambien es bueno decirle a los chicos y chicas que aunque estén obligados a asistir por presiones familiares, no lo tomen mal, y se den la oportunidad de conocer otros jóvenes, de hacer nuevos amigos y tal vez hasta encontrar novio o novia. Que éste espacio que la parroquia abre a los jóvenes con motivo de la catequesis de confirmación, se consituya en una actividad fuerte de pastoral juvenil para atraerlos a la vida pastoral y enamorarlos de Jesus.

About smichellevm

Animadora Juvenil y catequista de confirmación en la Parroquia San Leopoldo Mandic, Arquidiócesis de Medellin, Colombia. Negociadora Internacional de la Universidad EAFIT. Actualmente laborando como Coordinadora de Producción Digital para SproutLoud Media Networks, LLC.

Posted on September 21, 2015, in Confirmación and tagged , , , . Bookmark the permalink. 1 Comment.

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